Al inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, había consenso entre la mayoría de los analistas militares sobre lo inevitable del triunfo ruso en esta primera fase de la guerra. Pocos auguraban más allá de una semana la resistencia del ejército ucraniano y creían que Putin impondría sus condiciones.
Luego de tres semanas de guerra, la percepción ha cambiado notablemente y se puede visualizar un estancamiento de las fuerzas rusas. Es una sorpresa en la medida que el General Valery Gerasimov, comandante del Ejército Ruso, es uno de los teóricos más conocidos de la llamada guerra híbrida 3.0.
Esta guerra 3.0, es híbrida en la medida que abarca desde los tanques de guerra hasta el ciberespacio. Incluye el manejo de drones, intercepción de comunicaciones, vigilancia satelital, armas termobáricas, manpads anti acorazados y antiaéreos, etc. Es un reflejo de la cuarta revolución industrial aplicada al campo militar.
Se suponía que Rusia era líder en esta guerra híbrida hasta el mismo inicio de la invasión, cuando enviaron un mensaje a los teléfonos de los soldados ucranianos diciéndoles que debían huir. Conscientes de los riesgos los rusos retiraron los celulares a todos sus soldados antes del inicio del conflicto.
Sin embargo ocurre que Ucrania con el apoyo de EEUU y el Reino Unido, había preparado a los militares ucranianos desde el 2014 en este tipo de guerra. Un ejemplo dramático es la eficacia con la que han eliminado a cinco generales rusos y seis coroneles hasta el momento. Ocurre que EEUU tiene la capacidad de ubicar a cualquier persona en minutos tan solo con escanear las comunicaciones de su círculo de allegados más cercanos. Decapitar el mando es una técnica que se usó en Colombia para destruir el espíritu belicoso de las FARC, con bastante éxito. También fue noticia la muerte del General Qasem Soleimani, ordenada por Trump luego que este oficial iraní dirigiese un ataque a intereses norteamericanos.
Putin amigo de liquidar físicamente a sus enemigos ve morir a sus generales. Golpe fuerte al imaginario que sostiene la dictadura.
También ha sorprendido el dron turco Bayraktar responsable de ingentes pérdidas del ejército ruso. Por otra parte, el arma estrella de este conflicto a nivel de prensa es el FGM-148 Javelin, utilizado para destruir los blindados rusos. Cada uno de estos ingenios cuesta $150.0000 dólares y se han suministrado a Ucrania varios miles. El Javelin incorpora tecnología de punta y requiere apenas de un par de hombres para realizar su trabajo a una distancia máxima de 4,5 kilómetros.
Para finalizar, es pertinente recordar el criterio de muchos analistas militares de que la guerra está perdida para Rusia. Así llegase a conquistar toda Ucrania en el futuro próximo, tendría que mantener un ejército de ocupación de al menos 500.000 hombres, cosa que rebasa ampliamente las capacidades de la economía rusa.
MAURICIO VELASCO