En 1812, Napoleón caminó hacia Rusia con 600.000 hombres, 150.000 caballos, miles de cañones, él creía ir directo a la gloria. No se dio cuenta que esa máquina de guerra consumía recursos imposibles, que era insostenible y que simplemente llevaba a medio millón de personas a la muerte. Es un claro ejemplo de la borrachera del poder, de la precariedad de la gloria, de la estupidez humana.
En Ecuador Correa hizo lo que le dio la gana, pateó la Constitución y las leyes, dejó un aparataje impresionante para protegerse: fiscal, procurador, justicia, contralor, asambleístas, etc, también impuso a Glas como Vicepresidente. Su pensamiento se dirigía a que lo glorifiquen, pero no contaba que esa inmensa corrupción aupada por su gobierno, cual tsunami iba a arrasar con el endeble castillo edificado a base de mentiras, medias verdades y ocultamiento de información. Han pasado dos meses nada más y como Napoleón se encuentra derrotado, arrinconado y autoexiliado, sin respuestas coherentes y tratando de proteger a alias «vidrio», posiblemente porque sabe mucho, penoso. Su borrachera de petulancia, odio, tiranía, le lleva a una resaca muy dura y duradera.
El olor que emana de la cúpula de su partido es nauseabundo, gente que confirma su ambición, su servilismo, a los que nada importa la ética, la moral, el país. Defienden a Glas cuando todo apunta hacia una enorme maquinaria de corrupción dirigida por él, con abundantes pruebas y delaciones, es como si defendieran a un cobarde pederasta, así de grave. Las mafias se rodean de muñecas, el caso de PAIS no es la excepción, la diferencia está en que estas mujeres no son de vitrina, son parte de la banda armada.
Allá en 2009, Lenín soportó una grave arremetida de la fauna correísta, tanto que el pensó en retirarse con una representación en la ONU en New York. Habían descolocado ya a Gustavo Larrea, una obra de Ricardo Patiño y de su fiel escudero Eduardo Paredes a la que se sumó el «cejón» Bustamante, Glas, entre otros. Moreno quedó solo y se mantuvo en el poder solamente porque Correa vio que prescindir de él en ese momento dado su problema físico le restaría un importante capital político.
Esa herida de traición no se podía cerrar, se mantuvo latente.
Al llegar Lenín a la presidencia evidentemente, la desconfianza cundía, pero había que manejar estratégicamente los cargos, mantener en su equipo económico a los causantes de la debacle fue genial, no podrían abrir la boca; con varios ministros y ministras correístas sucede lo mismo, se los puso contra la pared, apoyar al Presidente o quedarse sin pan ni pedazo. De los asambleístas no había que preocuparse mucho, ninguno tiene respaldo popular, sin el jefe del rebaño se reducen a nada, ellos entonces son el menor de los problemas. Glas el inefable, se tenía toda la información en presidencia, sabían de su grave implicación y por lo tanto que su caída era cuestión de tiempo, tal y como está sucediendo, pero se tiene que llegar a la destitución y al juicio y la única piedra en este camino es el Fiscal, hoy contra las cuerdas y haciendo magia por ganar tiempo, salvar al solitario Jorge y quedar bien con el belga.
Están debilitados, están desconcertados -la nomenclatura- pero no están terminados, ahora tienen muchos recursos económicos y un infame deseo de seguir mamando del Estado, si Lenín no logra que la justicia termine su trabajo y los peces gordos vayan a la cárcel, la cosa puede ponerse dura, el problema económico es muy grande y tendrá que tomar medidas difíciles, de ello querrá aprovecharse el innombrable para hacer su campaña, en su pérfida mente está regresar el 2021, no soporta ser ahora un don nadie en el reino de su actual residencia, necesita volver a ser el troglodita de la última década.
Lenin los conoce en profundidad a todos, sabe también de la peligrosidad de algunos, la partida de ajedrez va para adelante, juega con las blancas tiene dos jugadas adelante, ha logrado poner en jaque, pero la partida solo termina con jaque mate!
Ave María!