Muy temprano esta mañana el presidente Moreno anunció al país un nuevo paquete de medidas económicas que serán implementadas en adición a las derivadas de la aplicación de la llamada ley «humanitaria», según dijo, para ayudar a superar la crisis sanitaria y económica que sufre el país. A continuación algunas implicaciones.
1. La aplicación del «ajuste» económico anunciado el gobierno, recae directamente sobre el empleo e ingreso de los trabajadores, especialmente sobre los trabajadores privados. Se acumulará un desempleo masivo con destrucción de ingreso y consumo familiar en medio de la depresión económica.
2. La reducción de 2 horas en la jornada laboral de los empleados públicos, de 8 a 6 horas diarias, exceptuando a quienes laboran en áreas de salud, policía, fuerzas armadas, seguridad y disminución de 1 hora en el sector de educación, significa un corte de 25% en sus remuneraciones.
3. En lugar de usar como fuente sustitutiva de recursos unos 3000 millones de dólares que adecuadamente garantizados el Estado puede y debe obtener de instituciones del propio sistema financiero nacional (bancos privados, banca pública, mutualistas, cooperativas de ahorro y crédito, y Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias) para sumarlos a los provenientes de fuente externa, destinarlos a combatir la pandemia COVID-19, sustentar el capital de trabajo de micro, pequeñas, medianas y otras empresas necesitadas, preservar la cadena de pagos, sostener empleo, consumo y producción, el gobierno ha preferido usar como «variable de ajuste» el ingreso y el empleo de los trabajadores, impactando directa y fuertemente, particularmente en el presupuesto de familias de clase media y media baja.
4. La seguridad social tiene serios problemas de liquidez para realizar el pago regular de los diferentes fondos que administra, como el fondo destinado a atender pensiones de jubilación, sin embargo las medidas anunciadas reducirán aún más las ya afectadas aportaciones mensuales al IESS, profundizando el problema existente.
5. Cómo será la vida de los trabajadores y sus familias que súbitamente vean reducidos sus ingresos o pasen a ganar 220 dólares mensuales de salario básico. Es decir, la política económica en la parte más baja y crítica del ciclo económico, impulsa pobreza y miseria. En Ecuador no solo hay una pandemia que vencer sino también una grave depresión que empobrece a las familias y crea más miseria para las miles de ellas que ya son pobres.
6. Especialmente los trabajadores privados que ganen salarios reducidos o el salario básico unificado y queden desempleados o vean reducidos súbitamente sus ingresos, sin duda producirán la ruptura de su cadena de pagos, ampliando y contagiando iliquidez.
7. No es verdad que gracias al pago de 341 millones de dólares de capital e intereses de Bonos 2020, Ecuador ha recibido 1490 millones de dólares en créditos de emergencia de organismos multilaterales. Más de 100 países en el mundo los han solicitado y los están recibiendo, Ecuador es 1 de ellos.
8. Tampoco es verdad que en marzo pasado «solo» se pagaron 341 millones de dólares en capital e intereses de los Bonos 2020. En medio de la peor tragedia sanitaria y económica el ministro de Economía y Finanzas pagó 1297 millones de dólares de capital e intereses de deuda externa y luego escondió las cifras. De este total pagado y sin afectar los pagos correspondientes a organismos multilaterales, al menos 846 millones debían y podían entrar a la reestructuración de la deuda pública.
9. Con excepción del drástico recorte en los sueldos de los servidores públicos cuya viabilidad constitucional deberá analizarse y el masivo desempleo de trabajadores privados que se acumulará, claramente el resto de medidas que el Gobierno anuncia instrumentar, son eso, anuncios por concretarse en tiempo que no ha sido determinado. Lo real es que el peso del «ajuste» recae sobre los trabajadores públicos y privados.
Econ. Marco Flores T.
Mayo 19 de 2020