10 de julio del 2021, este sábado ya no hubo reparto de canastas, colchones o cualquier otra chuchería. Tampoco estuvieron las brigadas médicas y los cortes de pelo gratuitos. Tan solo quedan unos guardias de seguridad custodiando el local de Comercial Nazareno en la parroquia Venus del Río de la ciudad de Quevedo.
Se sabe que compatriotas de la sierra duermen en los alrededores esperando alguna noticia sobre la devolución de sus inversiones en el proyecto Big Money.
En la tarde un grupo de militares retirados hacían guardia y hasta tenían la audacia de sugerir formas de presionar, para conseguir la devolución de su dinero.
En los bancos e instituciones financieras se están separando a los funcionarios vinculados con las captaciones de la pirámide del cabo Nazareno. Los trabajadores bancarios que renunciaron para ir a trabajar en Big Money ahora cuestionan su decisión, pues el desempleo ha llegado.
La fiesta terminó y como recuerdo quedan las anécdotas. Los delincuentes que estaban al servicio de Nazareno han vuelto a sus andanzas cotidianas. Las deudas o los bienes perdidos son el tema de conversación recurrente. Desde los que invirtieron $500 hasta los perdieron cientos de miles de dólares se aferran al recibo de Big Money. Este documento que puede ser reproducido en cualquier imprenta no tiene la firma del cabo Nazareno, la rúbrica constante en ese papel es de la recaudadora de turno, es decir nadie.
Los bancos sienten la ausencia de los depositantes, las colas interminables son para cobrar el bono. Este bono instaurado por Jamil Mahuad que al inicio se llamaba “Bono de la Pobreza”, muy probablemente será el único ingreso, para que algunas de las víctimas de Nazareno, no lleguen a la miseria absoluta.
Se apaga el parlante afuera del domicilio de Nazareno. La gente estafada haciendo gala de una candidez infinita baila al son del reggaetón, con letra del imaginario de las sabatinas correístas. Abajo la prensa corrupta, abajo los atrasa pueblos, abajo la banca corrupta. Los bancos acabaron con Nazareno porque no quieren que el pueblo tenga. Don Naza pagaba intereses justos. Bla, bla, bla.
MAURICIO VELASCO