Todos coincidimos que en Ecuador se ha vivido a pesar del tremendo caos económico, una sensación enorme de liquidez y tranquilidad. Es casi imposible para muchos analistas explicar al pueblo que estamos pasando por una gran crisis económica, cuando el pueblo mide las crisis con su propio bolsillo.
Las sabatinas hablan de una oposición que trata de generar el caos y desinformar, aludiendo a que la economía se encuentra en excelentes condiciones, con voces de esperanza, de somos muchos más, melodías de fondo y mucho color genera una tranquilidad que nos hacen cree que de verdad todo está bien.
Cómo llegó ese dinero a nuestros bolsillos?
A inicios del siglo pasado vivió un gran economista que se llamaba John Maynard Keynes un influyente liberal que tuvo a su cargo una de las tareas más complejas, sacar a la economía de Inglaterra de la gran depresión de los años 20.
La propuesta de Keynes consistió en incentivar el equilibrio comercial con la generación de demanda agregada a través del aumento del gasto público, que luego se lo fue reduciendo paulatinamente hasta regresar a su nivel normal.
Keynes logró su objetivo, es su tesis la que fue aplicada durante este gobierno para generar una percepción de mejoría económica instantánea, con el que consiguió los mejores índices de aceptación para un gobierno ecuatoriano, durante 8 años seguidos.
Lejos de cumplir el mismo guión de Keynes, este gobierno ha mantenido la misma política de gasto público y la ha aumentado constantemente, no sólo se ha gastado todos los fabulosos ingresos petroleros sino que incluso le ha metido mano a los ahorros heredados de los gobiernos del pasado y de varias instituciones donde no tenía ninguna autoridad.
Igual que un Nuevo Rico que se gana la lotería, se gastó todo y ahora tiene que buscar refugio porque no le queda ni para la contingencia del fenómeno de El Niño, que era una situación avisada, peor aún para un Cotopaxi que se avisora peor de lo que lo anuncian.
A quién se le hará responsable de este despilfarro? Cuidado les hacemos un favor al dejarlos escapar.