El siglo pasado cuando estaba en plena vigencia la Unión Soviética y su influencia ideológica sobre el mundo, se creó el concepto del “hombre nuevo”: un proletario, trabajador incansable, poseedor de las más altas virtudes de la solidaridad y alejado de los vicios del capitalismo burgués.
Este ideal de ser humano, lo siguieron los izquierdistas latinoamericanos hasta finales de la década de los 80, cuando Gorbachov le dijo a Castro que ya no podía subsidiar más su economía y por lo tanto debía trabajar en algo productivo para vivir. Fidel consciente de que al abrir la economía perdería el poder, prefirió crear el Foro de Sao Paulo y añadir a su lista de amigos bajo la sombra a los narcotraficantes.
Maradona, un consumidor de drogas reconocido en aquel entonces, fue elevado a los más altos niveles y sitiales de la política del Socialismo del Siglo XXI. Ahora lo han ascendido hasta el nivel de “comandante».
La pregunta que me hago es que pasó con esos comunistas de viejo cuño, admiradores del hombre soviético?. Qué pasó con las feministas revolucionarias, que rechazaban al feminismo burgués?. Ahora todos en el mismo saco aplauden un ejemplo del “capitalismo decadente”, como es Diego Maradona: consumista, drogadicto, maltratador de mujeres y comandante revolucionario.
Como vemos la decadencia moral o ideológica no está en el lado de las ideas conservadoras y liberales. Los llamados progresistas deberían avergonzarse de su actitud pues parece que la habilidad con un balón de fútbol justifica muchos desmanes.
Por: MAURICIO VELASCO