CNE ¿torpeza o delincuencia? Y cuánto podría influir el Correísmo en sus errores?


Cuando Atamaint dijo que en el conteo rápido había un empate en el segundo lugar, era cierto, pero no debió haber dicho los rangos de ambos sino un solo rango en conjunto para evitar confusión. Ese fue su primer error.

Yaku se atribuyó el segundo lugar y la ciudadanía se sugestionó de que así fue. En el CNE tal vez creyeron que ese impasse se resolvería con el conteo de actas pero había un alto número de novedades que tampoco permitió obtener un resultado claro.

El segundo error fue el de no haber explicado a la ciudadanía que en la contabilización de actas existía un 13% de actas sin computar por tener novedades, una importante omisión ya que ahí se encontraban los resultados finales.

El tercer error estuvo en el manejo de la negociación entre Yaku y Lasso, al no llevarse la reunión con procedimientos de negociación para dejar sentadas todas las peticiones de ambos. Incluso en el manejo del debate hubo un cuarto error, al permitirle a Yaku a ser impertinente e irrespetuoso.

El quinto error fue al no explicar el procedimiento legal a la ciudadanía que exige reconteo y resultados, porque según la ley no se puede hacer ninguna de las dos cosas hasta que no se validen todas las actas, pero en el extranjero todavía hay actas que no se han verificado por problemas de logística debido al caos que ha generado el mal temporal, y por eso no se puede cerrar el proceso de escrutinio.

Otro error que se escapa de las manos del CNE fue el de no anunciar la proyección de actas con novedades que daría como segundo a Lasso, pero el CNE sintió que políticamente no sería correcto hacerlo, pero Correa sí lo anunció, todos los que hicimos ese mismo cálculo de proyección obtuvimos los mismos resultados solo que no los publicamos con fuegos artificiales. Pero Correa sabe que él es la Manzana con veneno y muchos muerden de ella.

Yaku ha aprovechado de forma maliciosa esta oportunidad, cambiando constantemente de postura y queriendo levantar a los quiteños en favor suyo, pero esa inconsistencia hizo que los quiteños lo abandonaron y muchos que votaron por él se han puesto en su contra, por lo que Yaku se encapricha y declara que si no es con Yaku entonces que el país se friegue con Correa. Yaku ha dicho de todo, primero que el fraude estaba en el 13% de actas con novedades, luego que en 7 provincias, luego que en 16 y ahora en todo el país, también dijo. Esta actitud le está pasando una factura política muy alta, porque muchos de sus seguidores jamás volverán a votar por Yaku.

Sus acusaciones de fraude son un llanto de capricho infantil porque presenta sólo nueve actas en su reclamo, lo cual no representan nada estadísticamente y el 13% de la actas con novedades, esas que le dieron el segundo lugar a Lasso, cuentan con la firma de los observadores de Pachakutik y de las demás organizaciones políticas. O sea que Pachakutik también firmó ese supuesto fraude.

Sin embargo Yaku plantea la ley del pueblo sobre la ley escrita (ley indígena) al decir que él va a segunda vuelta porque es legítimo aunque no sea legal, pero no se da cuenta que ni siquiera es legítimo porque un enorme porcentaje de la ciudadanía ya no lo respalda.

Creo que el más ecuánime ha sido Lasso al exigir que se cumplan los procesos acorde a la ley y a lo pactado la semana pasada. Sin embargo existen muchos que lo ven como una ruptura de lo acordado, lo cual es absurdo porque lo único que pide en su carta es que se ratifique ese pacto pero dentro de lo que establece la ley.

El CNE cayó en una trampa de sus propios errores, su bloqueo interno y una manipulación social manejada por Yaku, los diferentes dirigentes indígenas y el Correísmo, tuercen la realidad con sus intervenciones e interpretaciones, logrando confundir a cualquiera.

Si hubiera mano negra en los resultados ya lo hubiéramos sabido, con pruebas confiables y no con memes de redes sociales sino con evidencias. Tengamos en cuenta que el CNE de hoy no es unipartidista como en la época de Correa sino que sus cinco vocales representan a grupos políticos diferentes, por lo que difícilmente se pasa por alto una inconformidad sin que alguno de ellos salte como fusible. De hecho no se ha podido cerrar el caso por falta de un voto. En parte la torpeza del CNE se debe a esta disparidad de criterios.

Por: Boris Mantilla

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